miércoles, 10 de septiembre de 2008


Alguna vez escuche decir que los accidentes ocurren debido a una señal, que nosotros no planeamos o que no se nos dijo o aclaro, un instante que se suscita sin nuestro
consentimiento, y que no por ello tiene necesariamente que ser perjudicial ni mucho menos. Así es como llegue a la plástica, gracias a un accidente divino. Ahora por este medio voy a contar las historia de cómo las artes y yo nos encaminamos por un sitio luminoso y multicolor el cual engendra innumerables formas y matices, que al digerirlas y mirarlas conoceremos un poco de lo que radica en los sentidos del huitzil que vino del sur

No hay comentarios: